La competitividad del sector exportador también necesita una mayor y más eficiente apertura de la economía a las importaciones.
Eso asegurará a la producción nacional costos competitivos para sus insumos y para sus proveedores, incluyendo el costo de vida los empleados.
Esos recursos humanos que deben capacitarse para el manejo de nuevos conceptos y tecnologías. Los proveedores son los primeros interesados en disponer de personas calificadas y Uruguay debe priorizar a su gente dando oportunidades de adaptación técnico laboral.
Esta apertura obliga también a los productores para mercado interno a invertir para asegurar su propia competitividad, extendiendo el proceso de inversión, capacitación, innovación e
incorporación de tecnología al resto de la economía.