Todos somos finlandeses

«No puede haber una legislación para las empresas de construcción uruguayas y una diferente» para la pastera de UPM, dijo Fernando Pereira, presidente del PIT CNT.

Y tiene razón Pereira: a todas las empresas del Uruguay les vendría muy bien gozar de las garantías y excenciones que el gobierno está prontísimo a concederle solamente a UPM.

Es que las garantías de civilidad en la negociación entre empleados y empleadores, la apuesta al diálogo constructivo en el marco de la ley, no es la especialidad del sindicalismo predominante: realmente están anclados hace 150 años y creen que la lucha de clases es la partera de la historia, cuando en las naciones que progresan se avanza con una mentalidad de colaboración crítica. La colaboración crítica supone que hay muchos intereses en común y ciertas exigencias mutuas razonables y convenientes. Es una dinámica que busca proteger el empleo, el salario, la productividad del trabajo, y la competitividad y rentabilidad de las empresas.

Los batllistas hemos sido siempre, en el gobierno y en la oposición, la vanguardia real en la defensa de los intereses de los trabajadores y en la promoción de empresas modernas.

El presidente Sanguinetti fue el primer impulsor de los Consejos de Salarios como escenario de negociaciones en las que el Estado arbitra las controversias persistentes sin parcialidades ideológicas. Se trata de aprovechar en bien del país, que somos todos, la dinámica de colaboración crítica.

¡Más cambio y más paz!